Perro atacó y desfiguró a un nene de 8 años en Quilmes

Perro atacó y desfiguró a un nene de 8 años en Quilmes
Perro atacó y desfiguró a un nene de 8 años en Quilmes

Un nene de 8 años fue atacado y desfigurado por un perro de la raza Pitbull en Quilmes, y tuvo que ser intervenido de urgencia. Se encuentra fuera de peligro, aunque con secuelas físicas y psicológicas, mientra su familia denuncia que el mismo animal es un peligro para los vecinos.

El hecho ocurrió el pasado 4 de junio en la Ribera de Quilmes, cuando P.J., de 8 años, salió de su hogar para ir a jugar la pelota con unos amigos. Alrededor de las 17 horas, un perro pitbull salió de la casa de un vecino y atacó al menor, provocándole heridas cortantes en cabeza y otras partes del cuerpo.

PJ tuvo que ser trasladado con riesgo de vida y de urgencia, a la guardia del Hospital Isidoro Iriarte de Quilmes, donde finalmente quedó internado y en observación.

«Tuvieron que intervenir médicos cirujanos para darle 15 puntos de sutura en la cabeza y otros 15 en la zona del rostro», indicó Vanesa, mamá del pequeño. «Tiene ambos brazos heridos y en la pierna izquierda una herida grave con 6 puntos de sutura», agregó la mujer.

A semanas de aquel hecho, Vanesa hizo un descargo en donde criticó el accionar del propietario del can, ya que, según expuso, el animal ya había tenido otros hechos similares con otros niños del barrio.

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«Como antecedente, este animal de raza pitbull el día 14 de febrero del mismo año se escapa de la misma vivienda y ataca con brutalidad a un nene de 11 años en las mismas
circunstancias: se encontraba jugando en la calle con otros niños».

«La situación no ha cambiado», explica Vanesa. «A la fecha pedimos encarecidamente ser escuchados y que se resuelva lo antes posible la situación de este animal ya que corre riesgo la vida de otros niños y adultos que pasan por la cuadra. La vivienda se encuentra sin protección», expuso la mujer.

Respecto de la salud de su hijo, Vanesa contó que «Hoy en día nada es igual: él continúa el tratamiento con antibióticos y curaciones; hay posibilidades de que tenga que ser nuevamente intervenido», sostuvo, al tiempo que señaló que «ni su vida ni la de nuestra familia es normal: él no quiere jugar y su estado aní­mico es angustiante, además del dolor físico está siendo tratado por psicólogos y controlado por un médico pediatra», expuso Vanesa.