Por Nicolás Santomé
La interna dentro del FDT para determinar quién ocupará finalmente el lugar de Alberto Fernández viene sumando asperezas. La entrevista a CFK con Pablo Duggan en C5N dejó en claro, como si no lo estuviera desde hace 6 meses, que la Vicepresidenta no será candidata.
En esa entrevista lo más interesante surgió sobre el final, en una pregunta casi perdida de Duggan, en donde CFK pidió a “lo hijos de la generación diezmada” tomar la posta. ¿Quiénes son los hijos de esa generación diezmada? el guiño, evidente, fue para Wado de Pedro (cuyos padres fueron asesinados durante la dictadura), un guiño que fue recogido por todos, incluso por el «Superministro» Sergio Massa, que ya salió a alzar la voz y a advertir a los olvidadizos que fue él quien agarró “la papa caliente” aquel 3 de agosto de 2022, como si eso sólo fuera suficiente para ganarse su lugar en la boleta definitiva.
Inmediatamente Wado se probó el traje de candidato a presidente. Fue el lunes en Quilmes, acompañado por la intendenta Mayra Mendoza, que lo “levantó” al actual ministro del Interior y habló de que “Wado es lealtad al Pueblo. Es lealtad al modelo de país que la Argentina necesita, a las ideas y a Cristina. Es lealtad al programa de país que va a reparar el daño que hizo el macrismo y recuperar soberanía y justicia social”.
¿Y qué hizo Wado? le tiró flores a la figura de la ex presidenta, le devolvió la gentileza. Mañana, la vicepresidenta dará un discurso frente a la militancia en un nuevo aniversario del Día de la Patria y a 20 años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner. Algunos esperan que CFK confirme a Wado y lo presente como SU candidato, EL candidato del kirchnerismo. ¿O habrá, como nos tiene acostumbrados CFK, una sorpresa de última hora y lo de Wado es solo una pantalla, una cortina de humo?. ¿Habrá otra “jugada magistral” como la de 2019 con Alberto Fernández?
Durante esa misma entrevista con C5N, llamó la atención lo que dijo y lo que no dijo CFK, que nombró, casi como nunca diría yo, a su hijo Máximo Kirchner. ¿A quién no nombró ni una sola vez? a Axel Kicillof. Dentro de la disputa territorial que existe desde hace tiempo entre Axel y Máximo, algunos dentro del FDT piden que sea Axel el candidato a presidente, un Axel que, lejos de comer esa zanahoria, dice “NO, yo quiero revalidar en la provincia”; no quiere perder poder en el territorio bonaerense y mucho menos a manos de Máximo. Sabe, Axel, que cuenta con los votos para volver a ser gobernador un mandato más. De todas maneras, Carlos Bianco, jefe de asesores y mano derecha del gobernador, dijo esta semana que “Axel va a hacer lo que Cristina diga”.
¿Será esa la jugada de CFK? ¿levantar a Wado, que ya se posicionó políticamente, y llevarlo como candidato a gobernador y a Axel como presidente?
Mientras tanto, dentro del FDT se libra otra interna: la discusión sobre el crecimiento de Javier Milei en las encuestas. El asesor estrella, que pasó de sentarse frente a Fantino en el estudio de TV a principal contendiente en la batalla presidencial, es un personaje financiado por la casta contra la que él mismo despotrica, cuyo discurso crece más y más alimentado por el eterno fracaso de una dirigencia política que no puede o no quiere reconocer la frustración que han provocado en la gente los últimos gobiernos.
Con un Sergio Massa recibiendo el mes pasado un cachetazo inflacionario que se avecina aún mayor con los números de mayo (Hot Sale incluido), el panorama aparece complicado en el FDT. Un Massa que prometió una inflación del 3% y se comió un 8,4% en abril que lleva el índice al 32% en el primer cuatrimestre del año electoral, que encadena cinco meses consecutivos de alza y que dibuja una escalada de casi 110% interanual. Una economía insostenible que en algún momento terminará de estallar por los aires: dieciséis tipo de cambio, con alimentos y bebidas y la indumentaria como lo que más aumenta en Argentina. Hoy, comer y vestirse es lo que más cuesta en nuestro país. ¿Cómo se traducen esos números?, la licuación de los ingresos, la angustia de no poder pagar el alquiler, de no llegar a fin de mes… todo eso se verá traducido, seguramente, en las urnas.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre los motivos de la disparada de precios apunta un dato crucial: el contexto global de deflación. «Adicionalmente, y como viene sucediendo desde hace casi un año, la evolución de precios locales no mantiene relación con lo que sucede con los precios internacionales, que redujeron su valor 19,7% en dólares», dice el centro de estudios que dirige el economista Hernán Letcher. Es el misma CEPA el que ya había anunciado que la inflación de abril iba a estar entorno al 8% y que ahora prevé para mayo un número mayor a ese 8,4% del mes pasado, entre otras cosas impulsado por la implementación de distintas medidas, entre ellas la suba de la tasa de interés, un nuevo dólar al agro y, también, por el HOT SALE, en donde se dieron aumentos de hasta 16% en televisores, de 11% en celulares y de 12% en equipamiento para el hogar.
En medio de su fracaso como ministro, Massa sigue siendo un protegido dentro de algunos sectores de poder. Los empresarios amigos (Vila Manzano -medios y Edenor-, la familia Brito (Banco Macro), Marcelo Midlin (Pampa Energía S.A), son ellos, son los grandes medios de comunicación, los bancos, las grandes empresas quienes no están sufriendo la crisis económica. Tiene ese apoyo Massa, además del de la cúpula de la CGT y de algunos gobernadores. Un Massa, cuya suerte sigue atada a las exigencias devaluatorias del FMI, que está acostumbrado a acomodarse en el poder y con el poder incidir en el panorama político del país. Un encantador de serpientes es Massa. Pero Massa es Massa y sus circunstancias, y las circunstancias no le dan, hoy, a «Supersergio» para ser el candidato de la unidad que él tanto quiere.
Y en la interna del FDT, Alberto Fernández, el «equilibrista» Alberto Fernández, quiere que el candidato salga del consenso de la dirigencia o de las PASO, pedido al que se suman otros aspirantes a la presidencia, como Daniel Scioli, Agustín Rossi, Jorge Capitanich. Es la gran incertidumbre que atraviesa hoy al oficialismo: si presentar un candidato de consenso o que sean las urnas de las primarias las que diriman al ELEGIDO.
Mientras tanto, mañana, la Plaza de Mayo tendrá un nuevo capítulo del «operativo clamor»: volverán a pedir por CFK. Y allí, posiblemente, CFK anuncie al candidato o bien habilite unas PASO, algo inédito en ella hasta ahora.
Cristina puede ratificar su apoyo a Massa, habilitar una PASO por primera vez en su historia o forzar a Axel Kicillof a pelear la elección nacional. Desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires, dicen los que desde el oficialismo se oponen, es una forma de asumir el fracaso. Lo cierto es que, en el juego que suele plantear la ex Presidenta, el efecto sorpresa suele ser, casi siempre ,la carta más preciada.