
El oficial de Policía que mató a un ladrón al defenderse de un robo en Berazategui seguirá detenido e imputado por «Homicidio agravado por el uso de arma de fuego». Para la Justicia no hay justificativo para que matara a un delincuente desarmado.
Cabe recordar que el fiscal a cargo de la causa, el Dr. Christian Granados, había caratulado la causa preventivamente como «Homicidio en exceso de la legítima defensa». Sin embargo, luego de tomar prueba testimonial y analizar las imágenes de las cámaras de seguridad, pidió la detención formal del efectivo y recaratuló la investigación.
La decisión del fiscal fue avalada por el juez de Garantías N°4 de Berazategui, el Dr. Diego Agüero.
El hecho, primicia de Periódico El Progreso, ocurrió el domingo por la madrugada, cuando el oficial J.M., de 24 años, perteneciente a la Unidad Táctica de Operaciones (UTOI) de Morón y policía desde hace cinco años, se dirigía en bicicleta a cumplir horas en un servicio adicional en la estación de Plátanos.
Según su versión, fue en esas circunstancias en que, a la altura de Mitre y 42, dos hombres que estaban escondidos detrás de unos containers quisieron robarle la bicicleta en la que se desplazaba y la mochila en la que llevaba sus pertenencias.
Rápidamente, el policía se resistió y, en medio de un forcejeo, extrajo su arma reglamentaria y disparó contra uno de los malvivientes. El ladrón cayó herido a raíz del impacto, tras lo cual fue trasladado por una ambulancia del SAME al Hospital Evita Pueblo, donde finalmente moriría.
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Por su parte, el policía no llamó al 911 ni realizó ninguna denuncia desde el lugar, sino que se subió a la bicicleta y fue hasta su trabajo, donde les contó a sus compañeros lo que había pasado, según explicaron las fuentes.
De la autopsia realizada al cadáver surgieron elementos que comprometieron al policía: el disparo no fue hecho a corta distancia -lo que sería indicativo de que impactó al joven cuando huía- y el mismo ingresó por el vientre de la víctima, en la fosa ilíaca derecha, con orificio de entrada y salida, causándole una lesión en la aorta abdominal.
Además, se estableció que el delincuente fallecido no estaba armado. Esa es una de las principales razones por las cuales, para el fiscal, no existía un riesgo inminente que justificara el disparo mortal por parte del policía.
Con esos elementos, el Doctor Granados descartó en principio la hipótesis del «Exceso de la legítima defensa» y solicitó la detención del agente por «Homicidio agravado», un delito que no permite la excarcelación.
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ASÍ SE DEFENDIÓ EL POLICÍA DE UN ROBO:
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