Se trata de Paula Martínez, una joven de 18 años que fue violada por sus vecinos y que hoy es acosada y amenazada por ellos. Según denuncia su familia, la joven fue drogada y luego violada por unos ocho hombres. Aseguran además que como los acusados son vecinos la familia vive encerrada porque los amenazan.
Paula Martínez, una joven de 18 años de edad, denuncia haber sido violada en una fiesta de cumpleaños a la que concurrió el pasado 10 de diciembre, en Florencio Varela.
Según contó su madre, Sandra Zapata, en un momento de la fiesta Paula comenzó a sentirse mal y decidió irse de la fiesta con un amigo. Al llegar a la esquina, un chico la subió a una camioneta donde había otros cuatro hombres. A las cinco cuadras, la bajaron, la metieron en una casa y abusaron sexualmente de ella durante tres horas. Uno de esos hombres, según la señora, es un guardia comunal de Florencio Varela.
“Ella, por cómo quedó después de los abusos, perdió su trabajo, intentó suicidarse 10 veces, está en tratamiento psicológico y psiquiátrico” aseguró la propia madre, quien también apunta contra su vecina porque “le insistió para que fuese, la fue a buscar a la casa. Para nosotros es la entregadora. Cuando mi hija llegó a la fiesta, le dieron una bebida que tenía droga, ella perdió el control enseguida y fue recordando de a poco”.
Si bien la denuncia la hicieron antes de las 72 horas, cuando ella pudo recordar, en la comisaría “no le hicieron los hisopados, no la vio una ginecóloga. Cuando ella estaba ahí declarando, no sé cómo se enteraron y ellos aparecieron ahí” asegura la madre de Paula.
“La causa quedó en la fiscalía 8 de Florencio Varela. Dejamos una ropa interior que ella tenía puesta ese día y un strapless con el que parece que se limpiaron que está siendo periciado. Dicen que la filmaron, estamos pidiendo que la Justicia rastree el video en las redes sociales o los teléfonos. Hay gente que dice haberlo visto y que eran 12 tipos”, sostuvo la mamá, que decidió junto a su hija hacerlo público porque “tenemos miedo de que nos hagan algo, no sé la mafia que hay atrás”.
“Todos viven cerca, cada vez que salimos tenemos que pasar por las casa de ellos. Ya amenazaron a mi hija con que la iban a matar. Son de familias numerosas y recibimos insultos cuando salimos. Además, pusieron al barrio en contra de mi hija, dicen que ella es una atorranta”, contó Sandra, quien dijo además no saber dónde pedir ayuda. “A ellos les tomaron una declaración informativa, y se negaron a declarar. Queremos Justicia y necesitamos irnos del barrio, pero no tenemos dinero para hacerlo”, concluyó Sandra.