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Los vecinos buscan una solución a los constantes cortes de suministro eléctrico. Ante la falta de respuestas del municipio y de la prestataria, muchos optaron por las cuadrillas clandestinas. Lejos de solucionar el problema, muchos han visto recrudecer los problemas. Las fases se sobrecargan y generan nuevos inconvenientes.
En Berazategui y Quilmes, por ejemplo, una instalación clandestina puede valer hasta 5 mil pesos. Ofrecen cambiar de fase eléctrica a quienes sufren los cortes permanentemente. Esta práctica. lejos de solucionar el problema, sobrecarga y destruye la líneas de tensión que funcionan bien.
Al mismo tiempo, estos grupos también ganan protagonismo con los nuevos cuadros tarifarios. Ofrecen conexiones clandestinas a los usuarios que no pueden hacer frente a los aumentos. En este caso, “cuelgan” de la luz a los hogares directamente del poste de la calle. De este modo evitan que el consumo quede registrado en el medidor de la propiedad.
“Este es un problema que perjudica no sólo a los usuarios, sino también a EDESUR. El robo de energía es un delito muy peligroso. Afecta a las redes y pueden quemar los electrodomésticos de las personas que reciben luz de ellas. En muchos casos, para darle luz a un grupo dejan sin luz a otro”, explicó Daniel Sotolano, secretario de la Asociación Internacional de Defensa del Consumidor (ASINCO).
«Los de las cuadrillas son expertos»
Así mismo, Sotolano consideró que «son expertos, personas que trabajaron o trabajan para Edesur. No cualquiera puede hacer este tipo de trabajos, se necesitan herramientas especiales para trabajar con tensión”, agregó,
Cabe señalar que ASINCO impulsa la construcción de una subestación eléctrica en terrenos del ex Ferrocarril Provincial. Según Sotolano, «Para que los cortes de luz dejen de ser una pesadilla en el conurbano».
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