Distintas instituciones educativas de gestión privada de Berazategui y la Provincia de Buenos Aires atraviesan momentos críticos en materia económica y se han visto obligadas a quitar horas extra programáticas antes de iniciar el ciclo lectivo.
Uno de esos colegios es el Thomas Alva Edison, ubicado en calle 13 entre 137 y 136. Allí, un grupo de padres y madres reportan que la institución les informó horas antes de iniciar el ciclo, que quitarán los talleres programados por fuera de la curricula básica y obligatoria.
«A tres días de comenzar las clases nos avisaron que el colegio no va a cumplir con la propuesta educativa que nos hicieron al pagar la matrícula. Lo peor es que no nos quieren devolver el dinero que pagamos», explica Tamara Britos, madre de un nene que empieza primario este año, a Periódico El Progreso.
«Junto con otros padres y madres realizamos la inscripción en noviembre 2022, con una propuesta educativa que abarcaba actividades extra programáticas, lo que ellos llaman «talleres»; transitamos todo el receso de verano y nos convocaron para una reunión informativa el 23/02 donde nos dijeron que por emergencia económica no iban a dictar dichas extracurriculares», explicó la mujer, que aclaró que la matrícula sola costó $17.000.
Lo más grave es que a las familias «No nos dieron la opción de decidir si estábamos de acuerdo o no en enviar a nuestros hijos a dicha institución y, en caso contrario, devolvernos el dinero invertido por incumplimiento de lo pactado», sostuvo la mujer.
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Tamara denunció lo ocurrido a la inspectora regional, quien les informó que «ella ya tenia conocimiento de lo que ocurría en ese colegio» y que había advertido a las autoridades sobre posibles multas en caso de no cumplir con lo pactado inicialmente, es decir con el dictado de los talleres.
«Como padres nos sentimos estafados, viéndonos sometidos a la manipulación constante de los directivos de la institución», sostuvo Tamara. «Lo que buscamos es que se nos devuelva el dinero que pagamos por un servicio que no van a cumplir,y darnos la posibilidad de reubicar a nuestros hijos en otras escuelas», concluyó.
En efecto, esta situación parece repetirse en distintos puntos de la provincia: escuelas que abren la matrícula para incorporar alumnos pero que luego no pueden cumplir con el dictado de clases pactado. Ello evidencia la crisis económica que atraviesa el país pero especialmente las instituciones educativas de administración privada, muchas de las cuales no se sostienen ni siquiera con la ayuda que muchas reciben de parte del Estado en materia de subsidios.
Caída de la matrícula en colegios privados
Desde 2019 hasta 2021, la matrícula total de estudiantes en todos los niveles educativos de gestión estatal y privada pasó de 11.531.441 a 11.638.505 alumnos y alumnas, de acuerdo con las últimas cifras publicadas por el Observatorio Argentinos por la Educación.
Esto significa que la cantidad de alumnos matriculados en todo el país creció apenas 0,9% en los últimos 3 años con datos disponibles. En el trienio anterior, 2016-2017-2018, la matrícula creció 1,5%; entre 2013 y 2015, 2,4%; y de 2011 a 2012, un 1,4%. O sea que en el último trienio se registró el menor crecimiento de matrícula escolar de la década.
El avance de 0,9 en la matrícula entre 2019 y 2021 se logró gracias al aporte de la matrícula estatal, que creció un 2,92%, de 8.214.550 a 8.455.229 estudiantes. En cambio, la matrícula privada retrocedió un -4% y pasó de 3.302.578 a 3.172.511 estudiantes.
Este cambio en la tendencia tienen varias aristas, entre ellas la económica, pero también a la decepción de los padres con las escuelas privadas durante la pandemia, muchas de las cuales redujeron sus horas o servicios extras pero no redujeron así el valor de las cuotas y/o la matrícula.