A un año y medio del crimen de Lautaro Padín en Berazategui, su familia pide que el caso no quede impune y que se juzgue a todos los implicados en el brutal crimen del joven, asesinado tras un ataque en manada a la salida de una fiesta.
El crimen de Lautaro, que contamos en esta nota, ocurrió el 17 de julio del 2021 por la madrugada, cuando el joven, de 20 años, asistió a un cumpleaños en la casa de un vecino ubicada a la vuelta de su domicilio, en Dardo Rocha y calle 4. Allí mantuvo un altercado con otras personas, según contaron luego varios testigos.
Al salir del lugar, Lautaro fue abordado por una patota de entre 8 y 10 personas: todos eran amigos o conocidos del hombre con el que Padín había discutido momentos antes.
Fue en ese momento en que el joven comenzó a correr para intentar evitar ser golpeado por la patota. Sin embargo, uno de los agresores le lanzó una piedra o cascote que lo golpeó en la cabeza, lo que hizo que cayera al piso.
A continuación vino lo peor: a Lautaro lo golpearon y patearon estando indefenso en el piso, provocándole lesiones y heridas en los pulmones, riñones y en las costillas. Luego le robaron la campera, las zapatillas y otras pertenencias, tras lo cual escaparon.
Tras agonizar durante dos semanas, Lautaro finalmente falleció el 31 de julio. Hasta el día de hoy la Justicia logró detener a tres personas.
«Corrió por su vida»
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Karina Albarenga y Daniel Padín, madre y padre de Lautaro, iniciaron una incansable lucha para que los asesinos sean juzgados. “Después de la golpiza, Lautaro estuvo 14 días internado peleando por su vida en el hospital Evita Pueblo. Nosotros pedíamos que lo trasladen al de El Cruce, pero los médicos nos decían que iba a ser lo mismo, que él no podía ser movido porque estaba en coma. Fue muy difícil todo ese tiempo. Todavía tengo mucho dolor”, señaló la mujer en diálogo con TN.
“Él corrió por su vida, pero no le permitieron escapar estos pirañas. Lo golpearon y le robaron todo”, expresó entre lágrimas Albarenga.

Días después del asesinato, las fiscales Karina Gallo y Silvia Borrone, a cargo de la UFIJ N° 4 de Berazategui, lograron identificar a los agresores gracias al testimonio de las personas que vieron el ataque. Después de eso, ordenaron una serie de operativos en los barrios Ingeniero Allan y Villa Argentina.
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Al respecto, Karina sostuvo que en ese lapso “se perdieron muchas pruebas porque investigaron mal”, primero porque las personas que estuvieron involucradas en el ataque se fugaron y dos de ellas fueron atrapadas meses después, mientras que el tercer detenido recién fue arrestado al año del crimen. “Lo agarraron porque un conocido lo vio caminando por la calle y avisamos a la Policía. Ni siquiera lo estaban buscando”, aseguró Karina.
Por su parte, reveló que los implicados eran “entre 8 y 10 personas”, pero sólo detuvieron a tres de ellos. En tanto que un cuarto protagonista quedó solo mencionado, ya que se trata de un menor de 14 años que no será juzgado. “Lo mandaron a un centro de rehabilitación, pero la fiscal me dijo que no va a ser imputado por este hecho”, contó Karina.
Por otro lado, la madre de Lautaro denunció que los investigadores pidieron las cámaras de seguridad de la zona recién a dos semanas del hecho, sabiendo que los dispositivos solo guardan 5 días de grabación.
Cómo sigue la causa
Por el momento solo hay tres detenidos por el crimen: Lautaro Cabral y los hermanos Matías y Carlos Fernández. De acuerdo con la investigación, el primero está acusado de ser el autor del piedrazo que le provocó a la víctima una fractura de cráneo y pasa sus días en una de las unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense en La Plata. Al resto se le imputa su coautoría en la paliza mortal y están detenidos en Florencio Varela.
Todos ellos están acusados de “homicidio agravado por la premeditación” -dado que fue realizado por dos o más personas-, delito que prevé una pena de prisión perpetua, más el agravante por “robo en poblado y en banda”, que fija una condena de hasta 15 años.
La causa fue elevada a juicio pero todavía no estableció la fecha de debate. De igual forma, la familia de Lautaro pide la colaboración de testigos o los que puedan aportar más datos para tratar de identificar al resto de los involucrados en el crimen.
“Le pedimos a la Justicia que ponga una recompensa para aquellos que quieran colaborar en la causa, porque el resto de los que mataron a mi hijo siguen libres”, reclamó su mamá. “Queremos que paguen por lo que hicieron y que reciban una pena máxima”, añadió.
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Por otro lado, Karina opinó que -como madre- siempre le pidió a su hijo que tomara recaudos en este tipo de hechos. “Yo siempre le dije que se cuide, que no se peleé. También le decía que si veía alguna situación de violencia que llamara a la Policía o al de seguridad, que no se metiera a pelear. Yo pienso que todas las madres lo hacemos, no creo que nadie le diga a su hijo ‘andá y matalos a todos, fijate que no queden vivos’, eso no pasa, o quiero pensar que no”, sostuvo.
Y cerró: “Lamentablemente, este tipo de violencia sucede en todas las clases sociales. Los rugbiers que mataron a Fernando eran de clase media, pero los que asesinaron a Lautaro no, son de clase baja. Lo que tendría que pasar en todas las casas es que los papás debemos tomarnos un minuto para reflexionar con nuestros hijos antes de salir, y decirles que tomen conciencia, que no podemos vivir de esta manera, con tanto odio, tanta furia”.
FUENTE: TN