Una oficial de la Policía bonaerense mató a puñaladas a su exnovio, quien incumplió la prohibición de acercamiento y tenía varias denuncias en el marco de “violencia de género”.
El hecho ocurrió el sábado en la vivienda en la que vive la oficial Érica Giménez (35), quien trabaja en la Unidad de Policía de Prevención Local (UPPL) de La Matanza.
Según relató la mujer, su ex pareja, identificada como Nahuel Cruz (29) ingresó a la vivienda tras saltar por el techo y forzar la puerta trasera. El hombre le pidió el teléfono celular para revisarlo y comenzó a buscarlo por toda la casa, hasta que finalmente lo encontró y lo rompió contra la pared.
Siempre según el testimonio de la policía, Cruz sacó un cuchillo y, luego de amenazarla de muerte, intentó lastimarla. Fue en ese momento que comenzó una pelea, hasta que ella le quitó el arma y lo apuñaló en el lado izquierdo del tórax.
Al lugar arribaron efectivos de la Policía, quienes llamaron a una ambulancia. En ese marco, el personal médico constató la muerte del hombre, quien tenía una prohibición de acercamiento y varias denuncias previas.
Denuncias previas
La primera denuncia por violencia fue en junio, cuando por la noche el hombre entró al domicilio para robarse el celular y escapar. La mujer, que cumplía funciones en la Unidad de Policía de Prevención Local (UPPL) de La Matanza, lo corrió para recuperarlo.
Según esa denuncia, cuando la mujer lo alcanzó, Nahuel le pegó trompadas en la cara, la agarró del cuello y le quitó las llaves del departamento y el dinero, además del teléfono. Cuando Érica intentó regresar a su casa, el agresor la corrió.
Ella relató a las autoridades que él siguió pegándole, escupiéndola y hasta le tiró un balde con agua. Entonces, el conductor de un auto ayudó a que se detuviera: “Me mandaste a la gorra”, le reprochó Cruz y luego se escapó.
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Tras esa denuncia, la Justicia le impuso al agresor una restricción de acercamiento que nunca cumplió. La mujer, finalmente, decidió volver con él y así ponerle fin a la violencia.
Sin embargo, el 4 de febrero, Nahuel llegó a la casa de Érica y le volvió a reclamar el celular, el cual quiso revisar. La mujer policía se negó hasta esconder el aparato dentro del chaleco antibalas que usaba para trabajar. Posteriormente el hombre se violentó y volvió a atacarla.
Las denuncias por violencia se repitieron y hasta fueron verificadas con los vecinos, que en reiteradas ocasiones indicaron que se escuchaban discusiones y peleas dentro de la vivienda.
En ese marco es que el fiscal Gastón Duplaá consideró, a la espera de la autopsia final, que se trató de un “homicidio en legítima defensa”, por lo que la mujer quedó en libertad.