Rafael Di Zeo y tres futbolistas se mostraron junto a un barra detenido.
Mauro Zárate, «Bebelo» Reynoso y Julio Buffarini visitaron este lunes las instalaciones de la Unidad Penal 23 de Florencio Varela. Lo hicieron acompañados de Rafael Di Zeo, histórico jefe de la barra brava de Boca Juniors, y otros integrantes de esa facción.
Si bien la visita de los futbolistas se daba en el supuesto marco de una clínica de fútbol para los internos, la presencia de Di Zeo y el hecho de que en el penal esté alojado Marcelo «el Manco» Aravena, líder de la facción Lomas de Zamora de la barra, generó repudio de muchos sectores.
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Según la información oficial del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), los barras no ingresaron a la prisión como miembros de la comitiva oficial. Sí lo hicieron como visitas de Aravena, aunque las suspicacias se esparcieron de inmediato.
Aravena está detenido por organizar a un grupo de barras que extorsionaban a comerciantes y clientes en La Salada. Tiene un extenso prontuario, ya que cumplió una condena de 20 años por los asesinatos de dos hinchas de River: Walter Vallejos y Angel Delgado. Ese hecho se produjo el 30 de abril de 1994, tras el partido en La Bombonera que River ganó por 2 a 0. El episodio marcó el final del liderazgo de José Barritta (El Abuelo), quien también fue condenado.
Tras conocerse la visita de jugadores y barras a Aravena, el ministro de Justicia de la Provincia, Gustavo Ferrari, expresó al sitio Infobae que ya inició un sumario interno. El mismo tiene como objetivo «investigar qué fue lo que sucedió», según palabras del responsable del SPB.
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«Una cosa es una actividad lúdica para 350 internos y otra que esté allí al mismo tiempo la barra de Boca. Nosotros fomentamos las actividades para los internos: ya estuvieron el Peque Schwartzman y los All Blacks en San Martín; el Mono Navarro Montoya en Campana; Marcos Rojo y Látigo Coggi también en Florencio Varela».
«Es una política de la Provincia», informó Ferrari, quien agregó: «ahora, lo de los barras llama la atención y yo no voy a apañar a nadie, por eso inicié el sumario».
