El gobierno bonaerense anunció medidas para mejorar la seguridad de los colectiveros tras el asesinato del chofer de la línea 514 Carlos Sánchez. Fue luego de la reunión entre el ministro de Seguridad y representantes de los colectiveros. Sin embargo, son medidas que se anuncian desde hace tiempo pero no se cumplen: Operativos de control, cámaras de seguridad y nuevas reglamentaciones, entre otros, no parecen ser suficientes para combatir tanta inseguridad.
El ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, mantuvo un encuentro con representantes de los choferes y les ofreció una serie de medidas para combatir la inseguridad que viven habitalmente en el Conurbano de Buenos Aires.
Ritondo acordó, entre otros puntos, que se realizarán mesas de trabajo permanentes; se hará interceptación de colectivos en operativos sorpresa; y se pedirá reglamentar el uso de cámaras de seguridad para las unidades de transporte. Además, se acordó que se realizarán operativos de motos y habrá una nueva reglamentación para circular. Por último, el ministro de Seguridad provincial se comprometió a hacer una nueva reunión la semana próxima.
Todas estas medidas, en realidad, no son novedad. Se repiten ante cada hecho similar al de Claypole, pero en concreto ni siquiera logran frenar los índices criminales en el territorio de Buenos Aires, en especial en el conurbano bonaerense.
El uso de las cámaras de seguridad en los colectivos se anunció pero jamás se reglamentó (Prometen que se hará ahora). Los operativos y controles a motociclistas no han sido eficaces, es moneda corriente ver motos sin patentes, conductores sin casco e incumpliendo normas básicas de tránsito.
Los hechos de inseguridad, similares al ocurrido en Claypole, se repiten en gran parte del territorio bonaerense. Los anuncios de más controles, más medidas de seguridad, cambios en las autoridades policiales y tantos otros, se anuncian cada dos o tres meses y siempre luego de una tragedia como ésta.
Los cambios de bandera política en las autoridades municipales o provinciales no modifican la realidad que nos toca vivir día a día a los bonaerenses en materia de seguridad. ¿Cuántas muertes más deberemos tolerar para terminar definitivamente con este presente? ¿Cuántas familias destrozadas somos capaces de soportar?