A casi un mes de la desaparición de Lucas Escalante y en medio del misterio por su paradero y por el crimen de su amigo Lautaro Morello, su mamá Marcela se refirió a la pista de los vales de nafta y a una conversación que tuvo con su hijo tiempo atrás.
“Lucas me había comentado sobre esos vales de nafta”, indicó Marcela en una nota con “Nosotros a la mañana”, por Eltrece. “Le dije ‘Lucas, de dónde sacaste eso’, y me respondió: ‘Quedate tranquila, ma. Es un buen chico, Es el hijo de un comisario de Interpol’”, agregó.
Marcela recordó que Lucas le había dicho que una persona lo había contactado a través de Instagram para ofrecerle nafta gratis. “Me pareció muy raro”, dijo y continúo: “Lucas era muy confiado. Por eso le pasó esto”.
“La única certeza es que fue por unos vales de nafta. Hay testigos que lo dicen, videos y audios”, remarcó Hilario, padre del joven.
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Desde el 9 de diciembre, día de la desaparición de Lucas, una de las hipótesis de los investigadores refiere a un posible ajuste de cuentas ligado con actividades comerciales de su padre. “Que la Justicia investigue lo que hago”, dijo.
El caso tiene, por el momento, dos detenidos: Cristian Alejandro Centurión, hijo del comisario de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Francisco Centurión, y su primo Maximiliano Tomás Centurión. Ambos están acusados de “homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento”.
La pista de la nafta
La principal hipótesis que manejan los investigadores sigue siendo la de los vales de nafta, que podrían ser el motivo por el cual Lautaro está muerto y Lucas sigue desaparecido. Según fuentes del caso, Escalante y uno de los detenidos estarían vinculados con la venta ilegal de tickets de carga de combustible para los patrulleros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
“Somos gente de trabajo. No podemos parar de pensar qué puede haber pasado. Ya tocamos puertas por todos lados y no nos vamos a cansar de buscarlo”, sostuvo el padre de Escalante. Y agregó: “Juro por mis hijos que yo no conocía al comisario”.
“Siento que mi hijo está vivo”, asegura Marcela. “Siento que está trabajando, que llega la tarde y lo espero. Que me va a mandar un mensaje para preguntarme si estoy en casa, que le voy a responder que sí y preguntarle qué quiere cenar. Era mi hijo más chiquito”.
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