Un ingeniero en sistemas fue asesinado de un balazo en la cabeza por delincuentes que intentaron robarle el teléfono celular. El hecho ocurrió en Palermo, cuando la víctima se encontraba junto a un amigo frente a su vivienda ubicada en calle Aráoz al 1400 de dicho barrio.
Juan Francisco Fernández Acosta, la víctima, tenía 27 años y era oriundo de Venezuela. Si bien en la semana trabajaba como ingeniero en sistemas, los fines de semana lo hacía como delivery para «ganarse la vida». Según su amigo, que se encontraba en el lugar, dijo que el delincuente le preguntó: «¿Te querés morir?» y posteriormente procedió a efectuarle el disparo en la cabeza.
«Estábamos conversando a eso de las 2 de la mañana. Fran recién había llegado de trabajar. Nos sentamos a tomar una cerveza y llegó un sujeto que se nos acercó por detrás. Me dice que le entregue el teléfono. Me preguntó si me quería morir y me ordenó que me eche por atrás. Después se olvidó de mí y lo encaró a Fran», aseguró Thomas Vázquez, único testigo del homicidio.
El joven, que también es de nacionalidad venezolana, continuó: «En el momento que le aborda a Fran, el delincuente le vuelve a repetir lo mismo. Fran quería calmarlo, pero se notaba que estaba drogado. Nunca se resistió, quería darle el teléfono. Pero el tipo entendió otra cosa, le jaló el teléfono y ahí se escucha el disparo del arma de fuego».
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El joven fue trasladado al hospital Fernández, donde ingresó en un «estado muy grave y con un pronóstico desfavorable». Finalmente, Fernández Acosta falleció a las horas producto de la gravedad de las heridas.
El desesperado pedido de los padres
Según lo manifestado por el padre de la víctima, hacía cuatro años que su hijo había decidido dejar Venezuela para emprender su viaje a Argentina. Ahora, el hombre y su esposa están pidiendo ayuda para poder repatriar el cuerpo del joven de 27 años.
«No tenemos posibilidades económicas para llegar a Argentina. Llamamos por teléfono, nos comunicamos con gente, pero no sabemos qué hacer. Pasa el tiempo y el cuerpo de mi hijo sigue ahí», aseguraron sus padres.
Por otro lado, confirmaron que donarán sus órganos para poder ayudar a otras personas. Para finalizar, el padre de Juan Francisco sentenció: «Lo mataron por ser como era, un muchacho bien hablado, respetuoso y que le gustaban las cosas bien hechas».