Salen a la luz las continuas torturas y maltratos sufridos por Renzo: el testimonio de sus hermanitos

Salen a la luz las continuas torturas y maltratos sufridos por Renzo
Salen a la luz las continuas torturas y maltratos sufridos por Renzo

El crimen de Renzo Godoy, el nene de 4 años presuntamente asesinado a golpes por su padrastro y su mamá en El Pato, Berazategui, sigue revelando datos que comprometen la situación judicial de esos adultos. Ahora se supo que el pequeño vivía un verdadero calvario y era víctima de abusos físicos y maltratos psicológicos desde hacía meses.

Según revela el informe de la autopsia y el testimonio de familiares del niño, Renzo sufrió durante más de un año el menor una serie de torturas por parte de la pareja ahora detenida, entre ellas castigos crueles y trabajo esclavo.

La primera en denunciar públicamente estos maltratos fue Daniela Wilhelm, tía paterna de Renzo, quien sostuvo que esos maltratos comenzaron cuando su ex cuñada Victoria Godoy (mamá del niño) comenzó una relación con Luis Gallo (padrastro del menor).

Daniela aseguró que “le fue imposible” a su familia rescatar a Renzo y dijo que su hermano, padre biológico del chico asesinado y de otras dos nenas que tuvo con Godoy, trató por todos los medios legales para hacerse con la custodia de los chicos. Pese a las denuncias hechas, la propia Victoria Godoy, aseguró la tía del nene muerto, “se negó cada vez que pudo”.

La mujer indicó que no solo Renzo era víctima de abusos y maltratos, sino también alguno de los otros hermanos: un hermanastro de 10 años y sus hermanas de 8 y 6, quienes «eran muy callados» y tenían «la mirada triste», dado que era habitual que fueran castigados por los adultos.

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Daniela contó que, junto a su mamá Gladys -la abuela paterna de los chicos- intentaron convencer a Godoy de que les permitiera tener un contacto más asiduo. Sin embargo, las respuestas eran siempre negativas y no les permitía siquiera visitarlo.

La tía de Renzo contó que, tras el crimen de su sobrino, finalmente pudo hablar con los otros niños, quienes le contaron lo que ocurría en la vivienda de El Pato: “Tras la muerte, aparecieron mamás de compañeros de Renzo que nos dijeron que lo vieron callado, triste y con un ojo morado los últimos días. Me pasaron fotos de cómo estaba y ahí lo pude ver. Estaba flaquito y completamente pelado. Lo raro es que siempre tuvo un pelo hermoso. Ahí le pregunté a las hermanas por el pelo, pero me dijeron que Luis lo había rapado”, contó Daniela.

Semanas antes de la muerte, Gallo, aparentemente, le sumergió la cabeza a Renzo en una palangana llena de agua, lo puso a mirar de frente a una pared y lo cortó el pelo totalmente. El motivo, según lo que le contaron las hermanas, fue que el chico se “había portado mal”. A L., el mayor de los hijos, también le hizo lo mismo. Le cortó el pelo a ras de piel.

Renzo Godoy tenía 4 años
Renzo Godoy tenía 4 años

Si bien la fiscal Gallo investiga si la mamá de Renzo era sometida a violencia por parte de Gallo, Daniela descree de esa versión y contó que incluso antes de comenzar la relación con su actual pareja, Godoy habría sido verbalmente violenta con sus hijos en reiteradas oportunidades.

“Mi sobrina de ocho años me dijo: ‘Tía, mi mamá siempre lo prefirió a Luis antes que a nosotros’”, reveló Daniela. Además, contó que la menor de las nenas también le mostró una herida que le había ocasionado el propio Gallo. “Se levantó la pollerita y me mostró los muslos. Tenía marcas y me dijo que era un manguerazo. Me dijo que Luis siempre le pagaba con la manguera en las piernas cuando no terminada la comida. Es el mismísimo diablo”, continuó la tía.

Los relatos de los hermanitos de Renzo podrían ser requeridos por la fiscal Mateos, quien podría convocar a cámara Gesell a los hijos de Godoy para que repliquen esos testimonios y, de esa manera, tengan validez en el expediente.

De acuerdo con lo relatado por Daniela en las últimas horas, en una oportunidad Luis Gallo empujó a Renzo contra una pared y lo obligó a ponerse una botella entre de las piernas “para que no se parara como la hermana”. Además, los ahogaba a todos cada vez que él consideraba que se habían portado mal. “Todo con la complicidad de la mamá. Ella era la que le decía a Luis que los castigara. Se juntaron dos violentos”, agregó.

Al mismo tiempo, en las escasas veces que sus familiares paternos vieron a Renzo durante los últimos 14 meses, el nene les comentaba que en su casa “no hacía nada” y que “sólo miraba para el rincón”. Cuando estaba en casa de su abuela Gladys, miraba televisión y cambiaba de canal impulsivamente. “Nos decía que allá no lo dejaban hacer nada”, comentó Daniela.

La última vez que Daniela Wilhelm vio a Renzo y al resto de sus sobrinos fue a fines de octubre pasado, cuando celebró el cumpleaños de una de las nenas. Sin embargo, no fue fácil convencerla a Godoy para que la dejara ver a los chicos. Le tuvo que insistir hasta que le escribió a las 21 que podía ir a verlos. Allí, junto a su madre, se dieron cuenta de que además de los maltratos que sospechaban, Gallo sometía a los pequeños a tareas domésticas arduas. En aquella oportunidad observó que L., el nene de 10, estaba transpirado y ardido por el sol en su cara, porque su padrastro lo había puesto a trabajar en el techo de la casa.

“Los tenía como esclavos. Después supimos que hasta los ponía a picar piedras a los nenes para hacer el contrapiso”, remarcó la mujer al sitio INFOBAE. “Mi hermano estaba sacado porque quería recuperar a los chicos, a sus hijas. Lo frenábamos para que hiciera las cosas bien, con abogados, pero todos es muy lento. Nunca imaginamos que la madre había participado en todo esto, y permitiera todo esto”, señaló.

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Wilhelm contó también una escena cruel que ocurrió después de que Renzo murió. Gallo y Godoy llegaron a su casa y le dijeron a los otros chicos que a partir de ahora “no iba a haber más maltratos”. Dijeron que las cosas iban a cambiar, que iban a ser “una familia feliz”, que no iba a haber más “rincón” e incluso le dijeron al mayor que podía usar “el apellido del padrastro”.

Pero para los chicos no hubo consuelo alguno. El mayor de los hermanos le manifestó a su tía sentirse culpable de la muerte de Renzo. La explicación que dio es que el jueves 22 de diciembre pasado, día del crimen, tomó uno de los chocolates que Gallo mantenía escondidos. Cuando el padrastro se dio cuenta, entró en pánico: su primera reacción fue culpar a su hermanito. Fue a partir de ese episodio que se habría desatado la violenta paliza que acabó con la vida el menor.

“En la Navidad, después de abrir los regalos, de pronto se formó un silencio entre todos porque no estaba Renzo. Todos se pusieron a llorar”, concluyó Daniela. Los cuatro hermanos de Renzo, L., O., B. y una recién nacida, fruto de la relación de Gallo y Godoy, están al cuidado de la familia paterna. Fue la propia abuela Gladys quien se presentó para retirar el cuerpo de su nieto.

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