Los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N°25 de la Ciudad de Buenos Aires, condenaron hoy a los policías que mataron a Lucas González, el adolescente de 17 años que fue asesinado el 17 de noviembre de 2021, en la entrada de la villa Zavaleta en Barracas.
Se trata del inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y el oficial Fabián Andrés Nieva (38), miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad.
Los tres no solo fueron condenados por el crimen de Lucas, sino que también se los acusó de intentar matar a los tres amigos del joven que lo acompañaban en el auto al momento del hecho. También se los acusó de privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica.
Por otra parte, otros 12 policías fueron acusados en la causa por encubrir el hecho, con imputaciones como privación ilegítima, torturas y falsedad, agravada por su condiciones de policías. Otros dos, en tanto, fueron acusados de falso testimonio.
Héctor Cuevas fue condenado a 4 años de prisión por ayudar a Isassi a alterar las pruebas del delito, un hecho agravado por su condición de policía. Juan Horacio Romero, en tanto, recibió 6 años por encubrimiento, particularmente por ayudar a Isassi.
La causa fue instruida por el fiscal Leonel Gómez Barbella.
Antes de conocerse el veredicto, Cintia López, la mamá de Lucas González, dijo que no va a perdonar a los efectivos de la Policía de la Ciudad que mataron a su hijo. Además, aseguró que su vida «está destrozada» y que espera que los asesinos «no salgan nunca de la cárcel», así como su hijo «no va a salir más del cementerio».

“Esto es histórico, no existe una sentencia por racismo. Los mataron por negros, por marrones”, remarcó al finalizar la audiencia Gregorio Dalbón, abogado de las víctimas. “Tuvimos un tribunal serio y dos fiscales serios, hemos hecho un gran equipo, trabajamos a full”, agregó.
Cabe recordar que el fiscal general Guillermo Pérez de la Fuente había planteado en contra de los tres policías más complicados la calificación de «homicidio agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por odio racial y por placer, en concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad, y falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad».