Un hombre mató de dos balazos a su hijo con discapacidad y luego se suicidó al ahorcarse de una ventana, tras una discusión con su pareja, quien le recriminaba que estaba cansada de sufrir violencia de género.
Los cadáveres fueron encontrados por la propia mujer ayer por la tarde, alrededor de las 16.30, en un departamento ubicado en Carhué 2285, entre Honduras y Ecuador, en jurisdicción de la localidad de Merlo, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.
De acuerdo con las fuentes, el inmueble en donde ocurrieron los hechos lo tenían vacío para alquilar. Se trata de un departamento en la planta alta de la vivienda que la pareja compartía con su hijo, que tenía un retraso madurativo.
La mujer, identificada como Patricia Alejandra B. (50), ante la desesperación de ver a su hijo, llamado Leonardo Ramos (22), muerto en un pasillo, ingresó a la casa con ayuda de vecinos.
Al entrar, la madre del joven encontró sentado en el piso, contra una ventana, a su pareja, identificada como Joaquín Ramos (60), quien se había ahorcado con un cable.
Tras llamar a la Policía, Belmonte le relató a los investigadores que todo comenzó el jueves por la noche, cerca de las 22.30, cuando comenzó a discutir con su esposo. Ella le recriminaba que estaba cansada de sufrir violencia de género de su parte, debido que días atrás la había golpeado.
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Seguidamente, el hijo se interpuso en la discusión y mantuvo un altercado con su padre en defensa de su madre. Posteriormente, el hombre se retiró y se fue a dormir al departamento que tenían en alquiler.
El joven siguió a su padre mientras le recriminaba a los gritos por los maltratos hacia su madre, dijeron los voceros.
En ese marco, la mujer, al no saber nada de su hijo, se dirigió ayer por la tarde a la planta alta y, al asomarse por una ventana, lo vio tirado en el piso del pasillo entre la cocina y el baño, con dos impactos de bala en la cabeza.
Un poco más al fondo, estaba su pareja ahorcada en una ventana y, a su lado, había un arma de fuego calibre 9 milímetros.
Los gritos de la mujer alertaron a los vecinos que llamaron a los Bomberos Voluntarios del cuartel de Libertad, que en pocos minutos llegaron y constataron los fallecimientos de Ramos padre e hijo.
Efectivos de la comisaría 4° de esa jurisdicción arribaron al lugar junto a peritos y una ambulancia, cuyo médico certificó ambas muertes, por lo que comenzaron las tareas bajo la supervisión del fiscal Oscar Marcos.
La mujer sostuvo a los pesquisas que su pareja «era una persona muy agresiva» con ella. Además, dijo que estaba «cansada de sus malos tratos» y que días atrás la había golpeado, aunque no llegó a radicar la denuncia por violencia de género.
El fiscal Marcos, ante la declaración testimonial de Belmonte, no tomó temperamento alguno hacia ella y ordenó a los peritos todas las medidas de rigor del caso a la espera el resultado de la autopsia de ambos cuerpos.
En el departamento, la Policía Científica encontró dos vainas servidas frente al cuerpo del joven y una tercera en una ojota. En tanto que el arma de fuego utilizada para el asesinato era propiedad de Ramos y estaba debidamente registrada, por lo que no tenía impedimento para su uso, según consta en la causa.