Restos de dos gliptodontes, uno pequeño y otro gigantesco, que datan de entre 3 y 2,5 millones de años fueron hallados en la costa de la provincia de Buenos Aires, según confirmaron este viernes portavoces de la Municipalidad de General Pueyrredón.
Los géneros de gliptodonte encontrados serían, de momento, Eosclerocalyptus y Eleutherocercus. Las fuentes indicaron que se habría hallado un gliptodonte de escala pequeña (masa corporal de 450 kilogramos) y otro de tamaño gigantesco (de 1.500 kilogramos), respectivamente.
El descubrimiento, en primera instancia, estuvo a cargo de un grupo familiar integrado por Emilia y Felipe Delfino, Florencia Ialonardi y Milo y Juan Mirabetto, quienes jugaban en las costas de Chapadmalal.
Al lugar llegaron los profesionales del Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia, quienes corroboraron el hallazgo de un gliptodonte -semejante a un armadillo terrestre gigante y emparentados con las mulitas, peludos y tatus actuales- y que rápidamente descubrieron un segundo ejemplar.
Además, encontraron una gran cantidad de restos de roedores dispersos en el lugar, que son muy buenos indicadores de la edad de los depósitos y los ambientes que había en el pasado.
La localidad de Mar del Plata y la zonas adyacentes poseen los yacimientos paleontológicos más representativos del Cenozoico superior de toda Suramérica.
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Para este segmento de tiempo en particular, entre 3 y 2,5 millones de años, los investigadores no tenían muchos registros fósiles, así que estos nuevos materiales vienen a llenar un «pequeño vacío» en el conocimiento de estas formidables bestias prehistóricas, según replicaron los portavoces.
Si bien los restos de gliptodontes son muy frecuentes para momentos del tiempo más modernos, los que se recuperaron en los acantilados sur de la localidad de Mar del Plata son «únicos» porque muestran los gliptodontes del Plioceno (5,33 a 2,58 millones de años atrás) que son muy raros en otros yacimientos, afirmaron las fuentes.
Según aclararon las fuentes, existen diferencias entre los gliptodontes y los armadillos actuales, entre ellas el tamaño y la arquitectura de su caparazón.
Las placas que forman parte del caparazón de los gliptodontes se encuentran en mayor medida muy fusionadas, lo que conforma una verdadera coraza rígida y los convierte en verdaderos tanques de guerra prehistóricos. En tanto, las formas más grandes alcanzan los 4 metros de largo, 1,5 metros de alto y un peso de hasta 2 toneladas.