Quien fue Maureen Dunlop de Popp, la quilmeña que luchó contra los nazis
A los 16 años falsificó su certificado de nacimiento para aprender a volar… y vaya que llegó lejos.
El 26 de octubre de 1920 nació en Quilmes Maureen Dunlop. Hija de un empresario agropecuario australiano y de madre inglesa, se educó en Argentina, donde estudió en el Colegio Santa Hilda de Hurlingham. Ya cuando tenía 16 años viajó de vacaciones familiares a Inglaterra, donde tomó sus primeras clases de vuelo. Sin embargo, al regresar a nuestras tierras aún no tenía la edad necesaria para tomar esas lecciones, por lo cual Maureen no dudó y falsificó los certificados. Su sueño era volar, y volar alto. Así, continuó su instrucción en el Aeroclub Argentino.
La lucha contra las diferencias de género de la época:
Nada le fue fácil a la heroína quilmeña: tenía 19 años cuando estalló la Segunda Guerra mundial. Maureen supo de inmediato que quería colaborar en la lucha que el Reino Unido entablaría contra la Alemania Nazi de Hitler. Su padre también había peleado en la Gran Guerra, por lo que tanto ella como su hermana Joan sintieron el deber de alistarse en el ejército. Así, las únicas dos hijas del matrimonio, además del varón, Eric, marcharon a la guerra.
Por aquel entonces, para unirse al Air Transport Auxiliary (ATA), las mujeres pilotos debían tener un mínimo de vuelo de 500 horas, el doble de lo que le exigían a los hombres. Para ello tuvo que dedicar gran parte de sus días a volar tan solo para ganar horas de vuelo. Mientras tanto, su hermana prestaba servicios en la cadena BBC.
En los días de la guerra que involucró un centenar de millones de personas, tan solo eran 164 las mujeres que prestaron servicio para Inglaterra, entre las que destaca Maureen, quien piloteó 38 tipos de aeronaves: Spitfires, Mustangs, Typhoons y bombarderos como el Wellington fueron algunos de los aviones que comandó durante su participación en la contienda bélica.
Pero su gran aporte en la guerra no estuvo en el campo de combate, sino en probar y trasladar aviones desde las fábricas hasta las bases de combate. Son muchas las historias y aventuras que tuvo que atravesar para entregar estas naves, que en muchos casos no estaban aptas. Es que dada la voracidad de la guerra en todos los casos se entregaban sin probar, y eso hacía que el trabajo de Maureen fuera en extremo riesgoso.
Según la revista Picture Post, las mujeres podían conservar su femineidad y participar de la guerra, y para ello publicaba la foto de Maureen luciendo glamorosa a bordo del Fairey Barracuda. En 1944, su foto en la tapa de una revista británica (Picture Post) provocó suspiros masculinos y envidias femeninas, dio la vuelta al mundo y se volvió histórica.
Finalizada la guerra, siguió trabajando como instructora de vuelo de la mismísima Royal Air Force, Conocida como “la Piloto de las Pampas”. A su regreso a la Argentina instruyó durante los años 50 a comandantes de nuestra incipiente Aerolíneas Argentinas y la Fuerza Aérea, además de fundar su propia empresa de taxi aéreo que la tuvo volando como piloto comercial hasta la edad de 49 años.
Por esos años Maureen conoció a Serban Popp durante una función de la Embajada Británica en Buenos Aires. Serban era un diplomático Rumano que ya estaba retirado y con el que se casó en 1955, y con quien convivió hasta que él falleció en el año 2000. Juntos tuvieron un hijo y dos hijas.
Cuatro años después de dejar la aviación, Mauren se retiró con su familia a la ciudad británica de Norolk en donde se dedicó a su otra pasión, los caballos. La cría de caballos árabes de pura sangre fue su actividad hasta mayo de 2012, cuando falleció a la edad de 91 años. Hasta entonces, siempre conservó con orgullo su ciudadanía argentina a la que no renunció ni siquiera durante la Guerra de Malvinas.
Si bien la novela Izzy’s War de Isla Dewar se basó en su experiencia de vida, su historia es muy poco conocida.