Este sábado se cumplen 23 años del trágico accidente en el que falleció el cantante Rodrigo Bueno. El cordobés, que puso al cuarteto en lo más alto de escena musical del país, murió en la plenitud de su carrera en un accidente ocurrido en la Autopista Bs.As.-La Plata, a la altura de Berazategui.
La madrugada del 24 de junio de 2000, tras un concierto en la discoteca Escándalo, en City Bell, Rodrigo regresaba a la ciudad de Buenos Aires cuando en su camino se interpuso otro conductor que lo había pasado en la Autopista Buenos Aires-La Plata., Rodrigo intentó perseguir al vehículo para adelantarlo otra vez.
Al llegar a la altura del kilómetro 26, el cantante perdió el control de su camioneta y se estrelló contra una barrera, lo que provocó que su cuerpo salga expulsado del mismo y terminara muriendo. El hecho conmocionó a toda la Argentina y tuvo una enorme repercusión mediática. Tenía 27 años.

En la camioneta viajaban también Patricia Pacheco y el hijo de Rodrigo, Ramiro, hoy de 24 años. Ambos resultaron ilesos.
Por esa época, el calendario de Rodrigo incluía entre veinticinco y treinta espectáculos semanales. Debido a sus exigentes giras, comenzó a trabajar en exceso, hecho que comenzó a interferir en su rendimiento. Su nivel de estrés se incrementó al recibir varias amenazas de muerte.
Tras su muerte, los fanáticos convirtieron el lugar del accidente en un santuario, ubicado en la bajada de la autopista de Berazategui. Desde allí, un acceso lleva al monumento erigido.
A su velatorio concurrieron miles de personas, incluidos Diego Maradona Susana Giménez, la Mona Jiménez y Marcelo Tinelli, entre otros. Sus restos fueron enterrados en el cementerio Las Praderas, en Monte Grande.